miércoles, diciembre 21, 2005

Guía de cómo ponerle los cordones a unas zapatillas

Podrá parecer muy pavo, pero no hay una única manera de ponerle los cordones a unas zapatillas. Principalmente hay dos maneras, una que yo recomiendo por su elegancia y simetría, y la otra que aborrezco completamente, sobre todo en ciertas ocasiones.

Voy a empezar por la manera que detesto, así después la otra reluce por contraste. Ésta es la manera llamada "vaga", o "aburrida". Se comienza por introducir el cordón por uno de los dos últimos orificios de la zapatilla (los más lejanos de donde se mete el pie), supongamos el izquierdo, sacar un extremo por el orifico opuesto y el otro por el primero, también del lado opuesto (en este caso, el derecho). A continuación se procede a intercalar el extremo que nos quedó al final por entre los demás orificios, hasta llegar al primero. ¿Se dan cuenta de lo horrible del asunto? Alguien que nos mire las zapatillas verá claramente que algo entrecurza todo el entramado de cordones, que podría llegar a ser bonito, y de paso intuirá que hicimos tal maniobra a las apuradas, como si no nos importase tanto atarnos los cordones, como si fuera algo insignificante en nuestras vidas. Desaconsejo totalmente ponerse los cordones de tal manera, pero si no queda otra, entonces al menos hay que tener cuidado de que la diagonal que produce el cordón en una zapatilla quede simétrica a la diagonal en la otra zapatilla. Esto es, si en una zapatilla la diagonal va de izquierda a derecha y de atrás para adelante, en la otra que vaya de derecha a izquierda y de atrás para adelante. De todas maneras, me da asco pensar en ese asunto. Sobre todo odio cuando las zapatillas en los negocios vienen de esa manera, o, peor aun, cuando la vendedora nos pone los cordones de ese modo antes de probarnos el calzado. Seguro en su casa ella se toma más tiempo y hace las cosas con más cariño, pero claro, qué somos nosotros para ella, nada. Es más, seguro disfruta hacerlo porque sabe que lo odiamos, pero que de todas maneras si nos gusta el modelo, lo compramos.

Pasemos ahora a la manera que me gusta a mi. En primer lugar hay que pasar el cordón por los dos últimos orificios. Luego agarramos las dos puntos y las estiramos hacia arriba, asegurándonos que las dos lleguen a la misma altura porque después van a recorrer la misma distancia por entre los orificios. El paso anterior es muy importante: si hay algún desequilibrio, es posible, sobre todo si los cordones no son muy largos, perder valiosos segundos al no poder llegar al final del entramado con alguno de los cordones. Además suma en beneficio de la elegancia y la etiqueta. Por último se pasa el cordón derecho, por ejemplo, hacia el izquierdo, justo al siguiente ojal, luego el izquierdo anterior al derecho siguiente, y así sucesívamente. Es importante aquí también mantener la simetría de los dos calzados: si empezamos a entrecruzar de izquierda a derecha en la zapatilla derecha, por favor haganló de derecha a izquierda en la zapatilla izquierda.
¿Qué dicen? ¿Que nadie se fija en eso? Son estos detalles, estas pequeñeces, los que explican mi éxito rotundo con las mujeres. Créanme: si quieren que las mujeres los adoren, empiecen por ponerse los cordones de los zapatos como corresponde.