sábado, agosto 23, 2008

Todo lo que sube tiene que bajar

No voy a hacer ninguna introducción al tema. Esto ya me tiene muy cansado y enojado, y por eso voy a ir directo al grano: ¿por qué las personas se toman el ascensor para bajar? A ver si entendemos. Al subir, uno hace esfuerzo. Uno tiene que levantar las piernas y empujarse hacia arriba, contra la gravedad. Eso es lo que lo cansa a uno. En cambio bajar las escaleras no es cansador. A mi, por el contrario, me resulta energizante: corro como compitiendo carrera conmigo mismo, salto los tres, cuatro, y a veces cinco últimos escalones, me muevo como loco. Esperar el ascensor para después bajar, ¿para qué? Con ese tiempo ya podríamos estar abajo.

En realidad, la gente no entiende que los ascensores fueron diseñados para que las personas suban. Que la maquinaria baje es sólo una necesidad, para volver hasta abajo a levantar más pasajeros. La única vez que usaría uno de ese modo, sería para transportar algo que no quepa en el corredor de las escaleras, o que fuera muy pesado.

A partir de hoy, toda persona que vea esperando el ascensor para bajar me va a tener que dar una buena explicación al respecto.

sábado, agosto 09, 2008

Final abierto

Estaba esperando la llegada del tren en la estación. Un gato chiquito, negro, distraído, aparece por mi derecha, muy cerca del borde del andén. Y se acerca más al borde del andén, y asoma su cabeza. El tren vendría en menos de un minuto, entonces le empecé a hacer "chuick, chuick", ya saben, ese ruido que uno hace para llamar a los animales poniendo la boca como para dar un beso. No quería que el gato se quede ahí cuando pase el tren.

Después de unos segundos se dio vuelta y me miró, pero sólo un rato. Porque al instante miró para la derecha. El tren estaba viniendo. Y casi antes de que llegue, se tiró. "Oh!" y "Uh!" se escucharon de algunas personas que estaban cerca, y se acercaron a ver si el gato lo había logrado, y yo también me acerqué. Pero no se podía ver nada, porque el tren ocupaba todas las vías.

Una vez dentro me puse a pensar que quizás por culpa de mis "chuick, chuick", el gato se demoró en cruzar y por eso se mató. O quizás era un gato suicida. Pero nunca lo voy a saber, porque no llegué a ver si se salvó.